miércoles, 14 de noviembre de 2012


Sólo un par de lágrimas

 Qué fuerza me aprisiona los ocres ojos
Si voy perdido entre brumas de mí mismo
Si mi lamento es como el silencio sordo
Si mi garganta sueña triste y permisiva.

Qué árbol viejo me enraíza a la calma
Como sereno velero de ajena lentitud.
Camino entre los escombros de mi casa
Si me torno viento sobre banderas rotas

Qué ausencia la tuya cuando de niño
Defendías mi aliento y mi estómago
Cuando sordo impacientabas tu destino
Cuando adolescente pensabas mi dolor.

Sólo dos lágrimas en tu nocturna agonía
Sólo dos cristales limpios de sábanas
Solo, tu numérica respiración blanquecina
Interrumpida por la noche... o por la talada carne.

Al amanecer tajante e implacable el frío
Serios, lívidos, desnudos; el cuerpo y la mente
Arrasa mis resecos ojos el sol de invierno
Después la oscuridad eterna me estremece.


MADRE 

¡OH MADRE DE MADRES!
BELLEZA PLENA, CALOR SUPREMO,
PACIENCIA ETERNA, PALABRA SERIA,
CASTILLA ETERNA.
COMO ABEDUL ATADO A TU PRESENCIA,
CUAL ÁLAMO PLAGADO DE PROMESAS HECHAS,
DE SOLEDADES Y DE PRINCESAS.

miércoles, 4 de julio de 2012

 SU LUZ


Los pozos asomaron se al río
La manzana flameó  entre las cañas
La lejanía asola mis canas
Se cerraron los abedulares.

El viento áspero silva en las rocas
entre los juncos la abeja brilla
¿qué ámbar surgirá de la encina?
¿qué insecto encarcelará tu jugo?

Vanidad en ti se difuminan
por distante, remota, ligera
festivos tus cabellos de cera
Delicada la piel de mí oculta.

Trama su luminaria belleza
A cansados ojos polvorientos
su esencia aniquila mi tormento
Si unos tersos labios relampaguean