Sólo un par de lágrimas
Si voy perdido entre brumas de
mí mismo
Si mi lamento es como el
silencio sordo
Si mi garganta sueña triste y
permisiva.
Qué árbol viejo me enraíza a
la calma
Como sereno velero de ajena
lentitud.
Camino entre los escombros de
mi casa
Si me torno viento sobre
banderas rotas
Qué ausencia la tuya cuando
de niño
Defendías mi aliento y mi
estómago
Cuando sordo impacientabas tu
destino
Cuando adolescente pensabas
mi dolor.
Sólo dos lágrimas en tu
nocturna agonía
Sólo dos cristales limpios de
sábanas
Solo, tu numérica respiración
blanquecina
Interrumpida por la noche...
o por la talada carne.
Al amanecer tajante e
implacable el frío
Serios, lívidos, desnudos; el
cuerpo y la mente
Arrasa mis resecos ojos el
sol de invierno
Después la oscuridad eterna
me estremece.