donde la tierra y el agua se juntan
en vaporoso aroma de evocadora infancia.
El cielo entre tímidas nubes que el sol rasga para tornar al estío.
Estos días mojados de mi calurosa infancia.
Como la lluvia fría que mece al árbol hueco
como la fiesta improvisa,
como la tarde azul y verde de verano,
exhausta del cálido día
Hoy he vuelto a verme feliz.
Como el niño vespertino que alegre y gozoso vuela
Como el ánima que cruza el cielo,
como el aldeano campanario de domingo,
como el tempranero reloj, feliz.
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