jueves, 16 de junio de 2011

DULCE (Cuento corto)

Érase una vez, cuando los animales hablaban, había una mujer que se llamaba Dulce. Dulce era tan buena, tan buena que se quedó embarazada. La mujer se encontraba  muy feliz con su embarazo, trenzaba mil nombres  en su mente y reía con cualquier cosa. Decidió poner a su hijo el nombre de Óscar.
Pasaron los meses con los síntomas propios de una hembra embarazada hasta con antojos. Y llegó el gran día ese día que llaman de dar a luz, entonces Óscar que se sentía tan confortable, tan abrigado y recogido en su saco uterino decidió no salir a la vida.
Transcurrió el tiempo y Óscar tuvo 4 años y quiso aprender a leer, entonces Dulce, que era tan buena engulló el Catón para que su hijo aprendiera el secreto de la lectura.
De nuevo las lunas se sucedían y el hijo de Dulce quería una bicicleta brillante y azul. Dulce, que era tan bondadosa se tragó una bicicleta luminosa y azul como el agua. Óscar era feliz en el cuerpo de su madre y ahora más que tenía una diversión que adoraba.
Después Óscar decidió que quería ser astronauta, así Dulce sin ápice de pereza se tragó los libros necesarios para aprender esa ciencia de la astronáutica y obviamente también fue necesario un cohete, que inmediatamente la madre magnánima engulló. Oscar, montó en su cohete flamante  y recorría espacios del cuerpo de Dulce antes inexplorados, bajó a las piernas, los pies… subió raudo en su nave hasta el estómago, el útero  y… continuó por el pecho de Dulce… llegó hasta la boca y…… ascendió hasta la cabeza; entonces…. Dulce y su hijo Óscar se miraron por primera vez a los ojos. FIN

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